Tal como es en el barrio usar la diez implica peculiares atributos, déjame decirte que tú aún los conservas y esto te hace ser mi último gran ídolo.
Marcar tu nombre en este párrafo es fácil, pero dentro del pasto era una tarea dificultosa para los defensores que hacías ver como verdaderos arlequines italianos. Recuerdo tantas locuras querido mago, que me sacas una mueca de alegría y nostalgia por saber que no te veré más con la camiseta de la selección.
En las canchitas de tierra de mi infancia viví mágicos momentos de fútbol difíciles de revivir en la actualidad. Pero admirándote cada vez que juegas siento que transformas el pasto en tierra y haces el fútbol de barrio que muchos llevamos en las venas. Nos representas a cabalidad querido mago.
Constantemente se habla de tu vida extra-futbolística, de tus problemas, locuras, excentricidades, carretes y arrebatos, pero déjame decirte que cada vez que entras al campo y tocas la pelotita me dejas boquiabierto con tus fantasías y buen trato del balón. Esto se réplica también en los extraordinarios jugadores de población que a pesar de sus adicciones, problemas y loca vida en algunos casos, cada domingo al entrar a la cancha sólo se enfocan en jugar tal como tú lo haces, y en la cancha no hay nada que reprocharte.
Nos harán tanta falta tus genialidades mago, tu toque entre líneas con exactitud, tu maravilloso control dirigido, tú exclusiva gambeta, las incontables faltas a nuestro favor, las abundantes tarjetas a los rivales, tus locuras, burlas, hasta el chicle que ya era parte de tu indumentaria. ¿Pero sabes lo que más recordaré de ti querido Valdivia?, eso de no apocarte con nadie, jugar contra cualquier equipo de la misma forma y notar que siempre te sentiste el mejor dentro del campo de juego estuviese quien estuviese al frente tuyo.
Todo lo que está en peligro de extinción hay que cuidar y en este fútbol moderno el 10 ya casi no existe. A ti Jorge no te cuidaron y dieron el trato merecido, por lo mismo escribí esta columna para hacerte un cariño necesario en agradecimiento por intervenir con fútbol este deporte que cada día se vuelve más físico y menos romántico con el balón.