A más de un mes del Superclásico hoy día hablare de un elemento que siempre hace parte en su definición: el arbitraje. Del mismo modo que lo hace en Chile, el arbitraje de todas las ligas y campeonatos en el mundo es un factor determinante en el resultado y en el trámite de un partido.
Desde su fundación, el futbol ha ido cambiando su reglamento década a década, constituyéndose como un deporte que genera consenso en sus bases (hay pequeñas desavenencias), sin embargo, creo que el tema del arbitraje es una de las cosas a modificar más obvias del futbol. Mi planteamiento es simple: si existe la tecnología NO INVASIVA en el deporte, hay que utilizarla. Esto sería para dos situaciones en particular –que de seguro son las más trascendentales- el penal y la expulsión. ¿De qué manera los dispositivos tecnológicos podrían aportar justicia, en estos casos, sin interrumpir la fluidez del juego? la base ya está sentada con la inclusión de intercomunicadores entre los jueces, lo que falta a mi parecer es que un integrante de la terna arbitral este siguiendo el partido por un monitor y que en el instante que se instale la duda sobre un penal o una tarjeta roja, este réferi auxiliar le comunique al auricular del árbitro la verdad de la jugada. Esta acción es instantánea y no reviste pausa alguna, a diferencia de cuando el árbitro debe ir a consultar a un juez de línea o a un cuarto árbitro para las jugadas de difícil definición.
No integrar esta herramienta o una parecida tiene dos razones, un argumento (el conocido por todos) es romántico y esta basado en que el futbol debe ser orgánico y no debe desvirtuarse con el uso de las maquinas, uso naturalizado en casi todos los deportes. La otra razón la considero una hipótesis, la objetividad en el juicio del hombre de negro no es fortalecida porque si lo fuera se perdería el personaje de villano de este relato dramático llamado futbol, y yendo mas allá, los partidos no podrían arreglarse con sobornos, no podrían haber “arreglines” tipo Calcio italiano y no podría haber existido el club del póker aquí en Chile.
Si propongo algo así, es porque creo que para 1 ser humano – asistido por otros, pero finalmente 1 ser humano- es imposible ser preciso en una decisión futbolística, que debe ser tomada en menos de 3 segundos. Fisiológicamente no está preparado para ser eficaz, tomando en cuenta su limitada capacidad cognitiva y la alta presión a la que se esta expuesto en un estadio de futbol, que a veces tiene cámaras de televisión. Entonces qué pasa, una mala decisión arbitral perjudica a los hinchas y su ilusión, la economía de un club y así la onda destructiva va expandiéndose. Esto lo digo como hincha ¿a quién no le ha pasado que un pitazo mal puesto te deja con la impotencia de una derrota injusta? Los equipos grandes pueden lidiar con injusticias porque otras veces han ganado, pero que pasa con un equipo como O’Higgins cuando en la final del torneo de apertura 2012 un réferi se equivoca en cobros de máxima relevancia. Para ese partido Enrique Osses declaraba: “Yo merecía ser castigado, hice una pésima final y debí haber sido sancionado, no tengo ningún problema en decirlo”. Frente a estas palabras decir que más que culpa del árbitro, es de la falta de respaldo técnico que posee y que lamentablemente esta frase no le devuelve el partido a los de Rancagua, que en ese momento aún no ganaban su primer campeonato nacional de 1ra división. En esta misma línea, mencionar también el falso penal cobrado a Arjen Robben en perjuicio de México, del que el mismo jugador reconoció su inexistencia.
Creo que es entretenida la polémica en el futbol: la discusión del offside (tomemos en cuenta que hay un juez exclusivo para esa jugada), de los fouls, del tiempo añadido, etc. Pero todo tiene un límite, tal como una barrera no se puede parar a cinco pasos de la pelota y para eso se usa la espuma, tampoco pueden ocurrir situaciones como la mano de Thierry Henry o el penal de Bouchardeau. La tecnología de la línea de gol debuto en Brasil 2014 con gran éxito, ahora continuemos incorporando la medida propuesta en esta columna, en los penales y las expulsiones, y si resulta sigamos hacia abajo con otras jugadas TRACENDENTALES. ¡Un árbitro no puede definir un partido!