Fueron los dos peores partidos de la Selección desde hace un buen tiempo, desde las eliminatorias de Corea y Japón que no veía algo así de malo. Y tenía 12 años en ese tiempo, quizá estoy exagerando con la comparación, pero no quedé contento, aunque sepa que son partidos que no tienen ninguna importancia para el futuro de la selección.
Sin embargo, y después de ese desahogo de casi un viejo senil que reza que todo tiempo pasado fue mejor, creo que estamos frente al mejor momento para ser hincha de la selección. ¿Contradictorio? Mucho. Pero créame, tengo un punto.
Corría el año 2004, los grandes referentes del futbol chileno se habían apagado. La antorcha no se había pasado a nadie. Hace dos años Chile había salido último en las Clasificatorias. Salas estaba en sus últimos días en River, con muchas lesiones a cuesta, bueh, ustedes conocen la historia. Zamorano cancelaba su matrimonio con Kenita Larraín por una cuasi cadena televisiva. En el torneo Local comenzaba a brillar, y a ser llamado el futuro del futbol chileno, el goleador Patricio Galaz. Sí, en serio. Y así de golpe y porrazo, entramos en uno de los momentos más deprimentes para el hincha de la selección.
Ya han pasado 10 años desde todo eso, Y hemos cambiado. Estamos frente a uno de los momentos más esperanzadores para una selección chilena, solo en esta semana de fútbol, Bravo rompe records en Barcelona. Sánchez se echa al bolsillo a prensa, y a los londinenses. Medel demuestra que su talento no se mide en dinero. Albornoz genera peligro por las bandas en Hannover. Orellana se trepa al primer puesto en el ranking de goleadores de España. Por solo nombrar los titulares del periodismo deportivo. ¿Cómo no estar ilusionado con todo esto?
Es el momento perfecto para que la selección haga cosas grandes, de seguro que los propios jugadores sienten lo mismo. Pero, he escuchado muchas advertencias frente al optimismo, que hay que ser cauto de cara a Copa América, pero, estamos en el momento perfecto para ser un hincha ilusionado, con ganas de que la Copa se quede en casa, de que entre las repisas de nuestra selección por fin haya una copa, y no solo se guarde el polvo que vuela por Juan Pinto Duran. Por eso, al carajo con los miedos a otras selecciones, a las estrellas de otros equipos. Esta es la generación dorada de Chile en su mejor instante, solo falta el oro. Y están cerca de alcanzarlo.
Ahora disculpen, me iré a encerrar a llorar al baño, me acordé de la selección del Perro Verde. Odio el 2004.