El famoso pleito denominado clásico del pacífico se jugará esta semana en Valparaíso, un partido que siempre arrastra añejos conflictos bélicos y aparentes xenofobias existentes en ambas naciones. Este encuentro es considerado una de las 10 mayores rivalidades futbolísticas del mundo y muchas veces se olvida el verdadero quid en cuestión “el fútbol y su pelotita delirante”.
Una picante semana vestida de rojo y blanco nos acoge en la quimera de golear a nuestros limítrofes y transformar las disputas generacionales a los terrenos de la FIFA. Una selección peruana en plena metamorfosis viene a decir presente con Juan Vargas y Claudio Pizarro retornando al combinado del Rímac, estos dos extraordinarios jugadores con vasta experiencia internacional retornan para agregar el rocoto al joven plantel de la franja roja.
Por nuestro lado Chile con nombres esperados en la nómina más el anhelado retorno de Gustavo Canales y el debut de Diego Sánchez en desmedro del lesionado Toselli, buscarán brillar en el estadio Elías Figueroa de Valparaíso y comenzar a pavimentar el camino triunfal hacia el sueño de todos los chilenos, la codiciada Copa América.
La mayor comunidad de extranjeros en Chile es justamente la del Perú y esta colectividad foránea constantemente genera atractivos debates que en esta semana están más presentes que nunca. ¿De dónde es el pisco?, ¿El mejor ceviche?, ¿Qué pasó realmente con el Huáscar? Las respuestas a estas interrogantes no tienen acierto, el dictamen final sácalo de tu corazón y de tu criterio, esto es fútbol señores y lo importante en este tipo de semanas unificantes no pasa por una añeja contienda cultural, más bien pasa por gritar goles y sentir el fervor de tu selección que finalmente te hará agarrar ese pisco, mezclarlo con una bebida y tomarlo para celebrar (con cuidado si es pisco sour Tati querida).
Chilenos y peruanos somos hermanos continentales bañados por un mismo mar, abrigados por el mismo sol y enamorados de un mismo deporte, es el momento de aflojar, abandonemos esos vetustos problemas y demos el ejemplo de hermandad a otros países. Las únicas fronteras están en nuestras cabezas y si algún día existe una guerra, que sea de goles y de pistolas con toperoles.