Al finalizar un campeonato, las bajas ocurren en todas partes, pero no de la misma forma. En la semana, el Manchester City jugó su último partido de fase de grupos de la Champion League contra la Roma, sin Kompany, Toure y Agüero, Silva por lesión estaba en la banca. Para los reemplazos, Manuel Pellegrini tenía para elegir a: Demichelis, Fernando, Fernandinho, Kolarov, Lampard, Nasri, Navas, Dzeco y Jovetic. Los nombres propios hablan por si solos y el 2 a 0 en el Olímpico también. Describamos otra situación reciente. Colo Colo jugaba la última fecha del torneo de apertura versus Wanderers. Para enfrentar a los del puerto, Paredes estaba “sin una pierna”, y Valdez y Vecchio llegaban contracturados, por exponer las lesiones más gráficas. ¿Qué pasó? Héctor Tapia reformulo el equipo, haciendo ingresar a Maldonado (lesionado y en pésimo nivel) y el caique quedó con dos en delantera: Flores y Delgado. Si miraba a la banca tenia a Toro, Baeza, Carvallo, Rodríguez y un Paredes lesionado. Al final termino siendo campeón el equipo más largo.
En Chile las cosas deben cambiar si queremos ver a un equipo nacional entre los ocho o cuatro primeros de la Copa Libertadores. La cita continental comienza en Febrero y para aquella fecha los tres representantes del país deberán reforzarse para no seguir teniendo los magros resultados de estos últimos años. Al parecer en Colo Colo y la U (falta un equipo) han estado lanzando trazos para definir las 3 incorporaciones por plantel que posibilita la FIFA e impidiendo eventuales migraciones (movida fundamental para aspirar a algo). En los albos es imprescindible un delantero, es por eso que esperan la salida de Humberto Suazo del Monterrey para una inminente llegada al club. Suazo (33) y Paredes (34) no son unos lolos, pero aún están a excelente nivel y entregan experiencia para contiendas internacionales. Los otros dos refuerzos llegarían si o si, según la dirigencia. Por el lado de taponear salidas, buscan retener a Jaime Valdez -pretendido por el New York Red Bulls- y a Paulo Garcés quien lo quiere Cobreloa. Por su parte, en Universidad de Chile, Martin Lasarte ya expresó sus necesidades: “de mitad de cancha para delante; volantes de corte y defensas, no”. Luis Marín, que tiene una oferta en EE.UU y Patricio Rubio, que según su representante estaría evaluando opciones del extranjero, serían los elementos a convencer.
Hace un par de semanas, Marcelo Gallardo tuvo que tomar una decisión trascendental para los intereses de River Plate. Peleaba en dos frentes –campeonato argentino y Copa Sudamericana- cuando, a dos fechas del termino del torneo local, puso equipo alternativo ante Racing (rival directo por el título), optando por sacrificar aquella competición. El resultado fue que, el torneo está virtualmente hipotecado y a mitad de semana levantó la Copa Sudamericana frente a Atlético Nacional. Esta historia expresa en hechos, el valor de las copas internacionales para una institución. El torneo criollo puede ser entretenido para los que viven en el país, y tiene el plus de meterte en las copas continentales, pero son la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana las que entregan un prestigió global que permite después vender jugadores al extranjero, firmar con las mejores marcas (Nike, Adidas), etc.
Pasa lo mismo que a escala país con La Roja, los equipos chilenos están en deuda internacionalmente. Mientras Argentina tiene 23 copas libertadores, Brasil 17, Uruguay 8, Paraguay 3 y Colombia 2, Chile tiene solo una. Si hablamos de nivel futbolístico actual, lo que falta ahora es una concordancia entre la selección y la liga local. Para conseguirla, Universidad de Chile y Colo Colo, sobretodo (tienen mayor responsabilidad, por el tamaño de las instituciones, que el chile 3) tendrían que concentrase en los ítems mencionados: evitar la fuga de jugadores y comprar o concretar préstamos precisos. Así neutralizan el desgaste y fortalecen las áreas débiles. Dando un vistazo a las otras ligas, la situación es desventajosa. Argentina está retomando el nivel que alguna vez hacia que Boca Juniors derrotara al Real Madrid, Brasil se ha convertido en una potencia como mercado futbolístico y Colombia hace tiempo tiene a sus equipos en los primeros puestos de las competencias continentales, A. Nacional el último, subcampeón de la Copa Sudamericana. Más que para amedrentarse, esta realidad les sirve a blancos y azules como parámetro en la próxima apertura del libro de pases y para que de una vez por todas salgamos de este letargo en la que hemos caído por décadas como país. No es suficiente celebrar cada 20 años (Colo Colo 91, U de Chile 2011).