La primera obligación que tendrá el nuevo presidente de la ANFP es retener a un dubitativo Jorge Sampaoli “Voy a esperar las elecciones y ver qué pretende el nuevo presidente de la ANFP”. Probablemente sea Arturo Salah el hombre a cargo de esta tarea. Un hombre que está acostumbrándose a coger el fierro caliente, así como lo hizo el 2013 liderando el mediocre proyecto de Blanco y Negro. El ex director técnico de Huachipato y Wanderers entre otros, genera consenso, principalmente, por ser reconocido como un tipo serio y correcto, atributos que no tienen mucho que ver con las sociedades anónimas que defiende. Entre los clubes -sea lista a o b- está claro el perfil que andan buscando: un tipo opuesto a Sergio Jadue, es decir un sujeto experimentado y decente, que no sea trepador ni un hambriento por fama. Arturo Salah ya tuvo su tiempo de gloria por los años 80, pero en Colo Colo su contribución fue exigua, concluyendo una participación insípida el 2015. Pero aquí lo importante no es el programa de reformulación del fútbol chileno que impulsa su lista (a), lo relevante de la reaparición de Salah es dar una señal de trasparencia, liderazgo y respeto a la institucionalidad. Y si de paso se convence a Sampaoli, aún mejor, pero eso dependerá de las voluntades de los clubes y de la última palabra del técnico-rockstar de la selección chilena.
La tarea de persuadir al casildense para que se quede al mando de la selección es complicada, fundamentalmente porque la figura de Sampaoli ya no vale lo mismo que la de su arribo al seleccionado nacional. En poco tiempo el dt argentino pasó de ser un técnico en ascenso, ganador de una copa sudamericana, a un connotado entrenador a nivel mundial. Ahora se encuentra en la nómina del balón de oro, junto a Guardiola y Enrique, para ser el mejor dt del mundo; el representante más poderoso del mundo lo quiere fichar, tentándolo con dirigir un club grande de Europa; y una conocida lista de popularidad lo colocó como uno de los personaje más influyentes de Latinoamérica; entre otros datos de su estatus actual. Pero ni estos antecedentes ni la primera copa américa para Chile en 99 años, es suficiente para que Sampaoli no sea criticado. Mucha gente opina que el ex Universidad de Chile es soberbio, oportunista e inescrupuloso, defectos que de cierto modo comparte con su ex socio, Sergio Jadue. Con más virtudes que defectos es está ambición desbocada la que por momentos debilita su integridad moral y lo muestra como un mercenario del fútbol. No obstante, dejando fuera falencias propias de la corta edad y de quizás, la falta de educación, Sampaoli tiene todos los méritos y la proyección para continuar a la cabeza de la roja, pensando además que tampoco hay un candidato a la banca que cumpla con los requisitos.
El próximo presidente de la ANFP tendrá una posibilidad que no tuvo Segovia ni Jadue; a diferencia de Bielsa, el actual técnico de la roja está abierto a conversar. La pregunta es ¿cómo hacerlo? considerando que la cotización de Sampaoli en el mercado es muy alta y sus ganas de entrenar en Argentina o Europa son muchas. La corrupción en donde se vio envuelto “pudrió” al trasandino y lo tiene con un pie fuera del país, solo una milagrosa intervención del proximo timonel de la ANFP lograría estirar su permanencia. Como un niño mimado del planeta fútbol, Sampaoli está en la mejor posición para negociar que se puede estar, y la ANFP no está en condiciones de negarle nada.