Los voladores de luces o la venta de humo es un estrategia clásica que usan las instituciones deportivas para mover la atención de un polo a otro.
Una táctica que utilizo la dirigencia de Universidad de Chile en los tramos finales del torneo Clausura 2015-2016. La idea era desviar la atención de la magra campaña de los universitarios laicos y blindar al técnico Sebastián Beccacece.
La Universidad de Chile se parapeto en el posible retorno de un hombre plenamente identificado con los colores. Además, aprovechó la excelente actuación que el jugador tuvo en el duelo entre la Selección de Venezuela y la Selección de Chile.
Hablamos de Mauricio Pinilla, sobre el jugador se habría hecho correr el rumor de su posible retorno al “romántico viajero”. Un rumor que ilusionó a los hinchas más ingenuos, pero que despertó sospechas en los más avezados.
El humo se disipo con las sinceras declaraciones del ariete “tengo un año más de contrato, tendremos los próximos días para discutir sobre mi futuro. Yo estoy feliz aquí y el club lo sabe, hay un respeto mutuo y no creo que haya inconvenientes (para continuar)”, sepultando cualquier posible regreso a Chile.
El delantero que se desempeña en la liga italiana, específicamente en el Atalanta de la ciudad de Bérgamo, espetó sobre su presente y futuro en el club “Creo que después de una fantástica primera vuelta, me esperaba algo más. Pero tuvimos que reconstruir el equipo y a menudo tener que cambiar de formación. Fácilmente podríamos haber acabado entre los ocho primeros”.