Ha pasado un largo tiempo desde la lesión que sufrió el “príncipe” Charles Aránguiz. Pero el oriundo de Puente Alto, poco a poco, se ha ido afirmando física y futbolísticamente.
El volante chileno ha construido una curva ascendente de desempeño en el Bayer Lerverkusen. Y en pocos partidos, se ha ido ganando un puesto y convirtiéndose empieza clave del cuadro alemán.
Todos sabemos las bondades del volante de la selección chilena, un gran despliegue físico, control en velocidad del balón y ser un visitante continuo del área rival. Es está ultima características la que Aránguiz pudo ofrecer a la hinchada alemana este fin de semana.
El partido se jugaba entre el Borussia Monchengladbach y Bayer Lerverkusen por la Bundesliga. Era el minuto 20 cuando el volante recibió una pelota en el área rival, controló y se dio a la tarea de enfrentar en solitario al portero. El “príncipe” saco un tiro que dejó son opciones al guardameta.
A pesar de la temprana ventaja, los locales se sacudieron y dieron vuelta el marcador configurando un global de 2-1 a su favor.
En mi opinión, el gol marcado, es el cierre de oro a un largo periodo de ausencia del jugador. La rehabilitación de la lesión fue larga y tediosa, pero el formado en Cobresal, supo sacarla adelante. Un jugador que desde su primer partido mostró todas sus capacidades y no quedo con ninguna secuela física ni psicológica que le impida volver a ser el jugador que maravillo en la selección chilena.