A excepción de Palestino -de muy meritoria participación- lo de los equipos chilenos en la Copa Libertadores fue indignante. Quedar eliminado en primera fase es factible, considerando que juegan grandes equipos y con un gran nivel actual. Lo irritante como chileno (más aun para el hincha) es la forma. En un análisis resumido: Colo Colo finalizando el grupo gateando. Sin fuerzas ni variantes. Y la Universidad de Chile haciendo una campaña (la segunda peor) de las que querrá dejar en el olvido. Solo pudo batir fuerzas con The Strongest de Bolivia. No se puede ahondar mucho en los planteamientos de ambos equipos porque en definitiva no hubo mucho fondo futbolístico para comentar. Con el pésimo historial que arrastra el futbol chileno esta última década, solo enriquecido con la Copa Sudamericana obtenida por la U, el país está logrando algo difícil, volver a ser un país subdesarrollado futbolísticamente dentro de América del Sur. Los equipos chilenos son pobres en recursos, tienen poca capacidad productiva y cuentan con limitada cantidad de servicios. Con esto, no hablo de infraestructura, administración de los clubes o calidad en el espectáculo, tan solo hago referencia a lo generado por cada equipo dentro de la cancha. Lamentablemente ser un futbol subdesarrollado tiene graves consecuencias sobre la población (infelicidad, violencia, degeneración), las cuales las vemos reflejadas en el contexto actual con la movilización de la barra de los de abajo (LDEA) alegando en contra de la administración de la concesionaria Azul Azul y con los violentos incidentes protagonizados por hinchas de Colo Colo tras el clásico frente a Universidad Católica, entro muchas otras problemáticas.
Parece que el futbol no se ha salvado de la crisis que afecta a casi todas las instituciones del país (política, religión, etc). Con Sergio Jadue a la cabeza, claro que hemos obtenido resultados positivos, pero solo como selección adulta y con el mérito casi exclusivo del equipo técnico comandado por Jorge Samapoli. El Dt argentino parece ser la llave maestra del futbol chileno, con los azules también tuvo un ciclo exitoso, cuando la realidad del futbol nacional era tan paupérrima como hoy. Así que no diga Jadue que es su gestión la que tiene el nombre de Chile “encumbrado”, porque no basta con elegir al técnico de moda para ganarse la aceptación general. La gestión de Jadue es otra, una más silenciosa, en donde se reparten las lucas entre dirigentes mientras el SIFUP vuelve a estar a un paso de irse a paro. Justamente por beneficiar a la selección chilena, la ANFP dispuso un periodo de campeonato que va en detrimento de la calidad de vida de los jugadores. Según el sindicato de futbolistas profesionales el tipo de torneo “tiene consecuencias en sus familias, tienen que jugar en pleno verano, nadie sale de vacaciones”. Esta es la quinta amenaza de huelga del SIFUP en tres años. Tampoco olvidemos en lo que está convertido el futbol juvenil, del que muchos expertos anuncian que no hay recambio para la selección adulta. Aún está latente como Jadue (como cabecilla de la ANFP), Nelson Vivas y Hugo Tocalli destruyeron cualquier asomo de cimiento en las bases de los juveniles chilenos. Y expusieron a la sub 20 a uno de sus sudamericanos más espantosos en términos de desempeño y por supuesto, estadísticas. A lo que hay que sumar el bajo trabajo que se ha hecho en las divisiones inferiores (de los “equipos grandes” sobretodo). Para la cantidad de jóvenes que se van a probar mes a mes, es insólito que emerjan tan pocos talentos.
Las personas que manejan los hilos del futbol nacional están tirando sus marionetas a hoyos de donde después será difícil sacarlas. No sé qué porcentaje es atribuible a la ignorancia, inoperancia u otras ancias, y cual es achacable a las malas intenciones, conectadas con ambiciones propias. Tal como sucede con los políticos. Hay mucho que criticar: el lio de Cobreloa, contrataciones desatinadas (en la que se tira el dinero a la basura), desprecio por los segmentos del futbol juvenil, incapacidad de proveer de un estadio sin violencia, etc, etc, etc…Más encima, debido a la obsesión por la selección chilena -que muchas veces nos termina cegando y apaga incendios como los ya relatados- hemos dejado morir lentamente al campeonato nacional. Como muestra: sus mejores exponentes históricos (CC, U.CH) pierden estrepitosamente con cualquiera, si con cualquiera. Y además la tabla de posiciones está liderada por Cobresal, que con todo el respeto que me merece, es un equipo limitado técnicamente, que ¡sí!, ha podido hacer mucho con muy poco (presupuesto). Lo que ha logrado el cuadro nortino es nivelar para arriba, el problema es que el resto está nivelando para abajo y eso queda en evidencia en el extranjero. ¿Quiénes vienen a reemplazar a Medel, Bravo Vidal, Sánchez y compañía? ¿Existe una estructura más allá de J. Sampaoli? ¿Las sociedades anónimas saben lo que están haciendo, fuera de hacer negocios?
El futbol chileno está en malas manos. Cuenta con jugadores mediocres, técnicos poco dotados y dirigentes de reducida visión futbolística. En esta crisis no paramos de retroceder y el problema es que no se ven esperanzas. O la gente de Colo Colo está optimista con la llegada de un Aníbal Mosa o un Iván Zamorano o con la permanencia de un DT que dice que su equipo fue eliminado por cosas de destino, por poner un ejemplo. Al igual que el Mundial de Brasil, la Copa América servirá como cortina de humo para las aspiraciones de las autoridades de seguir lucrando y dando muy poco a cambio. El all in está puesto sobre la selección ¿Quién atiende al agonizante campeonato nacional?