Los laicos que venían de una pésima campaña salieron a jugar sin presión en su visita a San Carlos. El axioma dicta: Los clásicos son partidos aparte, y este domingo se cumplió claramente. Otro axioma que quedo revalidado es : Dios no juega al fútbol.
La propuesta de Mario Salas es muy parecida a la que nuestra selección, futbol vertical, laterales que suben, vértigo y jugar mano a mano en el fondo son partes fundamentales de la idea del adiestrador. Por otro lado Lasarte supo leer claramente las debilidades de esta propuesta y maximizar sus posibilidades de triunfo con la oncena que desparramo en la cancha.
Los laicos esperaron al equipo de Universidad Católica y salieron rápido de contra golpe con dos jugadores letales arriba: Ubilla y Canales, entre los dos marcaron 4 goles. Esta fue una diferencia clara. Por el lado de los cruzados, la soledad de Gutiérrez y el mal desempeño de González, dejo como único goleador al volante Michael Ríos con un tiro libre precioso y un gol aprovechando un rebote que dio Herrera. En el medio, la diferencia fue clara en favor de los laicos que supieron frenar bien los ataques cruzados, le ganaron la espalda a un bajísimo y errático Tomás Costa y Sepúlveda no pudo solo contra Lorenzetti, Martínez, Rodríguez y Pereira. Y, por último, la defensa O. González, Rojas; se dedicaron a controlar al único delantero de la franja. Los laterales Corujo y Magalhaes; defendieron más que atacaron.
Claramente el panorama era favorable para la propuesta que más le acomoda a Lasarte, además, era una prueba de fuego para la concepción futbolística de Salas. El partido fue similar al partido de Chile frente a Holanda en el mundial, donde la roja controló el partido pero, Holanda lo mató sin tener el dominio total del balón.
Como espectador fue un partido increíble, 6 goles un domingo en la mañana hacen un día más entretenido. La propuesta de Salas es vistosa y arriesgada, el equipo deja todo en la cancha, al mismo tiempo, los dos técnicos son unos caballeros -se ve poco en los clásicos- Más tarde las declaraciones de “el comandante” serían duran en la autocrítica “Tenemos que mejorar. Como jugamos hoy, no tenemos ninguna posibilidad de acortar la diferencia para ser campeón. Fuimos un equipo desbalanceado y trataremos de ganar el próximo partido”
Las propuestas tienen su pro y su contra, la de Católica es jugar al matar o morir, la de Lasarte esperar y salir rápido a matar. Ambas son llamativas para un fanático del futbol. El clásico universitario es marcadamente distinto al súper clásico. El partido fue rápido, un guiño al fútbol inglés y holandés. Este partido con ritmo europeo no pudo haber sido posible sin la cooperación de los jugadores y la dirección del árbitro, mostrando que con la participación de todos, inclusive el público, un partido puede transformarse en un espectáculo familiar y sin incidentes.
Nota aparte merece el camapañon de Cobresal que derrotó de visita y claramente a un Colo-Colo que se ha ido desinflando lentamente.
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