En el año 1566 en Europa del norte, Alemania, Suiza y Países Bajos se llevó acabo un movimiento revolucionario de carácter religioso. Este movimiento se llamó iconoclasta, se dio dentro de una reformulación de la Fe cristiana dirigida por Juan Calvino. Haciendo eco de los mandamientos entregados por Moisés “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás”
Mas, no sólo el cristianismo tiene está idea, también quienes profesan el islam tiene prohibición de tener imágenes o esculturas en las mezquitas. Además Mahoma siempre es representado sin rostro. El pensamiento ha llevado a destruir distintas representaciones como las de Buda.
El iconoclasta, buscaba la destrucción de cualquier imagen que fuera venerada por motivos religiosos o políticos. Cada revolución o cambio radical de la sociedad viene acompañado de la iconoclasia, se destruyen escultura o imágenes de gobernantes derrocados, un ejemplo claro y relativamente actual fue: la derrumbe de la estatua de Saddam Hussein el 2003.
En el fútbol hemos visto el desempeño de un equipo de fútbol que busca derribar aquellas imágenes que se consideran deben ser veneradas como por ejemplo: Nacional de Uruguay tres veces la Copa Libertadores de América. Los “árabes” vencieron al “bolso” 1-0 en Santiago y perdieron 2-1 en Uruguay, esto les concedió participar por 4 vez en su historia en la Copa Libertadores.
El miércoles 18 de febrero del 2015 por la Libertadores Palestino recibió al imponente Boca Juniors de Argentina. El partido fue un constante ir en ataque del cuadro nacional, pero sucedió lo que más se temía. Los “xeneizes” aprovechando los espacios en defensa dejados por la propuesta del Pable Guede capitalizaron dos contragolpes y liquidaron el partido venciendo 0-2 al equipo de colonia. Es fácil hacer un análisis cuantitativo: Palestino convirtió o goles y Boca 2, pero eso es un reduccionismo. Lejos de la dialéctica pobre del ganar o perder, se agradece el valor del equipo “tricolor”, valor y convencimiento son necesarios para derrocar a un ídolo y eso, sobró. Y, por último, el domingo 22, Palestino visitó la cancha de Colo-Colo con la clara idea intentar por todos los medios vencer al equipo de Pedreros. Un primer tiempo (0-0) que fue dominado por los “árabes” con la cooperación de Vecchio y Suazo – expulsados infantilmente- por el juez Tobar. El segundo tiempo fue aún más raro, Valdés con ayuda de la mano de un defensa, marcó un gol de tiro libre 1-0. Inmediatamente el equipo de Guede, sintió el golpe y marcó mediante certero cabezazo del sempiterno goleador el “tiburón” Ramos.
Resumiendo, Palestino adiestrado por Pable Guede busca al igual que los antiguos iconoclastas destruir las representaciones divinas de equipos de fútbol. Lo hicieron con Nacional de Uruguay, lo intentaron con Boca Juniors y con Colo-Colo. Para enfrentarse a un gigante como lo hizo David, hay que tener la valía y convencimiento, hay que encender el corazón de los jugadores para que intenten lo que racionalmente es imposible, pero qué es el fútbol, sino la constante alquimia de transformar lo imposible en posible. Los paisano podrán quedar eliminados en primera ronda de la Libertadores, pero lo harán luchando, peleando centímetro a centímetro como lo han hecho contra el sionismo, podrán con certeza lógica caer, pero con bríos divinos se levantaran y tomarán nuevamente y buscaran destruir las estatuas y murallas que construye la historia y la racionalidad occidental.
Mauricio González Seguel. @gmauricio554