Los “albos” estuvieron cerca de forzar una definición por el título, pero el gol de José Pedro Fuenzalida en San Carlos le entregó la corona a U. Católica. Al final los fantasmas de la derrota ante San Marcos en la novena fecha hicieron pagar con un campeonato a José Luis Sierra y sus dirigidos.
Difícil comprender a Colo Colo. Mucho más al confuso, desconcertante y sobresaltado fútbol chileno, donde nunca está dicha la última palabra. Y por eso, aunque imperfecto, es finalmente mágico. Y por eso el torneo tuvo durante una inolvidable tarde de fútbol un puñado de desenlaces, con el nombre del campeón cambiando de lado a lado como una bola de flipper. Y en ese festival hasta Colo Colo se sintió con el título a tiro, durante 37 minutos (más los 15 del intermedio) metido en la final. Pero antes de que Católica diera el zarpazo definitivo, el propio cacique se había quedado personalmente fuera de la pelea, como último despropósito a un semestre cargado de ellos.
Y eso que durante un buen rato el título le volvió de repente a los brazos. Católica sufría una derrota en San Carlos, Tonso había depositado luego el uno en el Monumental y, de pronto, llegó la noticia desde Rancagua en forma de milagro: la Universidad de Concepción mandaba provisionalmente al suelo al puntero. A los 43 minutos de la batalla final, Colo Colo volvía a tener el título al alcance. A través de una final, pero dependiente exclusivamente de sí mismo. El mismo título que decidió dilapidar no se sabe todavía por qué cuando lo tenía envuelto y guardado. El mismo que comenzó a regalar, mediados de marzo, en aquel episodio lamentable en Arica cargado de irresponsabilidad y arrogancia.
Y volvía jugando de nuevo bien. Con Justo Villar en la puerta otra vez con el traje de seguro de vida puesto (le sacó un mano a mano providencial a Saldías cuando el partido aún estaba en el aire), con la defensa otra vez firme, con los volantes dando equilibrio, con Carvallo enganchando y no perdiendo los balones que regalaba el ajusticiado Reina, con Paredes de vuelta, con Tonso olvidando ese pecado personal ante el Mineiro que lo sumergió en una depresión y con Beausejour volando por la izquierda, Colo Colo pareció otra vez un equipo autoritario y grande. Suficiente para dominar y mandar en casa.
Le dio igual incluso desperdiciar un penalti a los 11 minutos. Siguió, jugó, insistió y acumuló llegadas y oportunidades. Hasta resultó un equipo vistoso, lo que sí constituía una novedad. Y encima, los terceros le ayudaban. En ese estado de sorprendente felicidad alcanzó el descanso. Y ahí cambió todo.
Wanderers no oponía mucha resistencia hasta entonces. El equipo porteño se había venido abajo también hace tiempo, cuando le entró el vértigo de pelear por un título que Colo Colo decidió dejar abierto. Alfredo Arias intentó mover fichas, retirar a los desafortunados Robles y Saldías y dar entrada a Muñoz y Ortega. Y le salió.
Como emborrachado por las buenas noticias del exterior, Colo Colo perdió el aire ambicioso y festivo de esa primera mitad y volvió a su versión más conservadora, la de manejar el resultado. Ya no se animó a correr riesgos. Se dejó atacar, mirando más al reloj que al partido. Y con la radio siempre puesta, que no paraba de contar cosas.
Y aunque ganando finalmente no habría conseguido nada, tampoco fue capaz. Wanderers le puso el empate y el cacique fue incapaz de levantarse. Ya no salió de su versión plomiza. Y aunque en el último suspiro consiguió cerrar con victoria el asunto, ya de nada valía. Lo celebró como si fuera el título, porque no llegó ahí dentro el desenlace de la verdad, pero ya no había forma de levantarse. Los pecados anteriores no tenían vuelta
Ficha del partido:
Colo Colo: Villar (4); Fierro (4), Zaldivia (4), Barroso (4), Gutiérrez (4); Pavez (4) (88′, Delgado (5), Baeza (4); Carvallo (4) (86′, Reina (-)); Tonso (5) (76′, Vilches (4)), Paredes (5) y Beausejour (6).DT: Sierra (4).
Wanderers: Castellón (6); López (3), Saavedra (3), Robles (3) (46′, Muñoz (5)); Soto (3), García (4), Cuadra (4), Bravo (4); Cisterna (4) (59′, Cortés (5)), Ramos (4) y Saldías (3) (46′, Ortega (5)).DT: Arias (4).
Goles: 1-0 35′. Tonso, de ajustado tiro raso con la zurda desde la frontal. 1-1 77′. Muñoz remata a placer un centro de Ramos desde la derecha. 2-1 90+4′. Delgado empuja a la red un rechace a tiro de Paredes.
Árbitro: Gamboa (4). Amarilla a Bravo, Robles, Pavez,
Monumental. 12.441 espectadores. Paredes falló un penalti (11′), cometido por Soto sobre Beausejour.