La decisión de absolver a Rusia y Qatar de los cargos de corrupción en la polémica elección de sedes para los Mundiales de 2018 y 2022 partió hoy en dos a la comisión de ética de la FIFA y situó ante una nueva crisis de imagen al ente rector del fútbol mundial.
El estadounidense Michael García, encargado por la FIFA de la investigación previa, anunció que pretende recurrir la decisión final de la comisión de ética, a la que él mismo pertenece como presidente de su cámara de instrucción.
La comisión está dividida en dos cámaras, una encargada de investigar, dirigida por García, y otra de emitir un fallo, presidida por el jurista alemán Hans-Joachim Eckert.
“La resolución del presidente de la cámara de decisión contiene numerosas interpretaciones sustancialmente incompletas y erróneas de los hechos y conclusiones detallados por la cámara de investigación”, advirtió hoy el abogado estadounidense en un comunicado difundido por varios medios.
“Pretendo recurrir la decisión al comité de apelación de la FIFA“, añadió el ex investigador del FBI, que fue el encargado de dirigir las pesquisas sobre la polémica votación.
El abogado norteamericano prolongó durante meses su investigación y retrasó en varias ocasiones la entrega de sus conclusiones a la cámara de decisión encabezada por Eckert.
García hizo más de 75 entrevistas en diez países y elaboró un dossier de 200.000 páginas en el que se constataba la existencia de numerosas irregularidades antes de la polémica votación del 2 de diciembre de 2010 en Zúrich, en la que Rusia y Qatar lograron la sede de las próximas Copas del Mundo.
Sin embargo, la comisión de ética de la FIFA absolvió a ambas candidaturas de las acusaciones de corrupción en el controvertido proceso de elección, en el que participaron otras siete aspirantes. La cámara de decisión constató muchas infracciones de las reglas morales y jurídicas durante el proceso, pero ninguna se consideró lo bastante grave como para aplicar sanciones, según el informe de 42 páginas publicado hoy.
García mostró claramente su desacuerdo con el fallo, lo que amenaza con provocar una crisis en la comisión de ética y en la FIFA. En los últimos meses hubo exigencias reiteradas de federaciones como la alemana o la inglesa de que el informe de García se publicara íntegramente. La FIFA y su presidente, Joseph Blatter, se negaron a hacerlo alegando problemas de confidencialidad. El secretario general del organismo, el francés Jerome Valcke, consideró hoy “triste” que los jefes de los dos brazos de la comisión de ética no se pongan de acuerdo.
La creación del organismo de control, dividido en dos cámaras independientes, fue una de las principales conquistas exhibidas por Blatter en su campaña por lograr más democracia y transparencia en la FIFA, salpicada desde hace años por escándalos de corrupción y golpeada en su credibilidad.
Sin embargo, la experta anticorrupción Sylvia Schenk ve en el fallo una “catástrofe comunicativa”. “La FIFA no mantiene ninguna credibilidad cuando sólo publica 42 páginas de varios cientos”, advirtió a dpa la dirigente alemana de Transparencia Internacional. “Habría sido mejor ponerlo en manos completamente independientes”.
El ex futbolista Gary Lineker, hoy comentarista en la televisión, también se mostró muy crítico. “Si me quedara un deseo libre para el fútbol, sería que la FIFA se disolviera y fuera sustituida por una federación internacional transparente que pusiera de nuevo el deporte en primer plano”, escribió el inglés en Twitter.
Su compatriota Simon Johnson, jefe de la candidatura de Inglaterra al Mundial de 2018, calificó de “absurda” la resolución de la comisión, en la que el proyecto inglés también es acusado de cometer infracciones éticas. “Antes del comunicado del señor García ya decía que era muy difícil tener confianza en las conclusiones del informe del señor Eckert”, dijo a la cadena británica BBC. “Ahora estoy absolutamente convencido que el informe es una fachada con motivos políticos”.
Para el presidente de la Federación Alemana de Fútbol, Wolfgang Niersbach, el problema de Qatar no se limita únicamente a las sospechas de corrupción. “Independientemente de este informe quedan abiertas cuestiones como el clima, las fechas del torneo y las condiciones de trabajo en Qatar”, advirtió el dirigente. El caso parece pues estar lejos de haber quedado cerrado para la FIFA.