La hora de la verdad

Después del empate ante la U, Mario Salas vaticinaba lleno de convicción “Católica será campeón”. Al escuchar dicha afirmación del dt cruzado, pensé al principio que tal optimismo exacerbado era un tanto desmesurado y arriesgado para un cargo de tamaña responsabilidad, pero al profundizar en el mensaje pude reinterpretarlo para darle un sentido que, consiente o subconsciente en boca del emisor, es clave para las aspiraciones de Universidad Católica en la definición del torneo nacional. Con esto quiero decir que insertar en la mentalidad de la UC un chip ganador nunca está demás en vista de los acontecimientos recientes. Católica ha desarrollado una década de buenas campañas que sin embargo ahora último no le han permitido conquistar títulos, quedándose en la puerta del horno en repetidas ocasiones. Una de las más trágicas, la final que pierde con la U de Sampaoli cuando tenía el partido de ida en el bolsillo. Injustamente a la hora de referirse los rivales a los cruzados, las palabras que emergen son las de segundones y arrugones, calificativos sin ir más lejos, empleados por Paredes y Fierro en el último partido que los enfrentó. Si bien este rotulo negativo carece de mucha sustancia, así como cuando se les llama pecho frio, el alcance que ha tenido ha terminado por afectar psicológicamente a la interna de la UC. Daño que se evidencia en la reacción de los jugadores al ser llamados de esa manera y que asegura Marco Cubillos, uno de los sociólogos más cercanos al equipo cruzado “En la UC ha habido coincidencias fatales que alimentan los mitos en torno al club. Son construcciones sociales que han penetrado en el plantel”. Son precisamente estos constructos populares los que el sociólogo advierte que juegan en contra del plantel universitario “Eso afecta a los muchachos, que, en situaciones de estrés como las que están viviendo, no entran a la cancha sólo a jugarse un título, entran también a romper con todos esos mitos. Y algunos se han autocreído todos esos rótulos de arrugones”

El domingo frente a Audax Italiano, entonces, Universidad Católica tendrá que hacer doble pega para optar a salir campeón: ganar el partido y romper el mito. Lo que está en duda es que si este desafío funcionara como estímulo extra o como nerviosismo, estrés, desconcentración y otros desgastes. En la UC tienen claro que de escoltar a Colo Colo finalizando el campeonato, el mito se agrandará y aunque sea solo una palabra inventada por otros, el hondo del estigma crecerá. Lo de segundones es un poncho que los cruzados se niegan a ponerse, pero que de no campeonar el domingo no dependería de ellos esta decisión, sino que los resultados serían los que hablarían. Mas encima, debido a la puntuación, no dependen de sí mismos para conquistar su onceaba estrella, lo que genera en el camarín de San Carlos una incertidumbre difícil de manejar. Como potencia futbolística de Chile, Universidad Católica rinde el domingo un examen que influirá fuertemente en la historia del club y que también puede significar un punto de inflexión que confirme o haga desaparecer las etiquetas deshonrosas que viene cargando.

No creo que la reputación de Católica se haya deteriorado estos últimos años, pero sí que existe un tipo de fragilidad al interior del equipo que lo hace tambalear mentalmente. Lo interesante es que son los propios jugadores y cuerpo técnico los encargados de fortalecer la psiquis del club, pero no con justificaciones, sino levantando la copa. “Este equipo no ha tenido actitudes de segundón, si no de un elenco corajudo, que va siempre hacia adelante” son ciertas y valiosas en lo anímico estas palabras de Mario Salas, sin embargo se las llevara el viento si la UC queda en segunda posición. En el pasto sintético de La Florida tendrá un complejo obstáculo que ya les ganó con un contundente 3 a 0 a mitad de año por Copa Chile. Si hablamos de malos registros Colo Colo hace cinco años que no derrota a Wanderers en Valparaíso. Yendo corajudamente siempre hacia adelante, veremos si esa fórmula es suficiente para que Universidad Católica tape bocas y lave de paso su imagen.

Ismael Ugarte @maqdeescribir

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