Los dos equipos con mayor popularidad del fútbol chileno se enfrentaron el día sábado por la undécima fecha del Campeonato de Clausura 2014-2015. Colo-Colo llegaba en un mejor momento futbolístico que la Universidad de Chile y en la cancha quedó reflejado aquello. Sin embargo no fue un gran partido. Espectáculo hubo poco y nada. La U es un equipo limitado en sus recursos de juego, en donde sólo se puede apreciar la búsqueda de sus delanteros a través del pelotazo. La línea del medio campo y los delanteros pareciera ser totalmente inconexa y no hay ningún referente que sea dueño de los tiempos del equipo. Me quedo con la entrega de Sebastián Ubilla quien luchó cada pelota del clásico tal como se juegan estos partidos. Algo le pasó a los dirigidos de Lasarte, que hace no muchos meses se coronaban campeones con un torneo sumamente regular. En tanto Colo-Colo pareciera ser un equipo más ordenado, en donde las ideas y el manejo de Jaime Valdés resulta ser fundamental para hacer jugar a todo el equipo. Paredes, Suazo, Flores, Delgado, cada vez que recibían un balón, lo hacían con alguna intención de poder conectarse con un compañero. Por lo general causaron preocupación ante una discreta defensa azul. El resultado ya es sabido por todos y se decidió a través de un penal cobrado por Eduardo Gamboa en el minuto 92 por una mano del lateral azul, Mathías Corujo. El arbitraje no pasó desapercibido y tuvo un par de jugadas en donde los jugadores se enfrascaron en demasiadas discusiones.
Luego del estadio, junto a dos amigos, nos dirigimos a una fuente de sandwichs ubicada en la calle Bilbao. Ninguno había almorzado y debido al horario del partido, a esa hora ya necesitábamos alimentarnos. Mientras disfrutaba de un lomo palta y tomate, revisé mi celular y me encontré con una foto que comenzó a circular por las redes sociales. Esta foto provenía de una cuenta del delantero de Colo-Colo, Huberto Suazo y mostraba a los jugadores albos celebrando en el camarín. Jaime Valdés y Felipe Flores aparecían con una camiseta que tenía el mensaje “Clásico es ganarte”. Probablemente esta foto resulte ser una respuesta a lo que los jugadores azules hicieron hace algunos años luego de un 5-0 del equipo que en ese entonces dirigía Jorge Sampaoli. El mismo concepto fue el que usó la Católica cuando le ganaron a la U hace algunos años. Alfonso Parot subió una foto a su cuenta de twitter en donde los jugadores hacían claramente un dos, debido al resultado de aquel partido.
Para los jugadores esto puede resultar ser una humorada, sin embargo quiero creer que ellos tienen un rol más importante dentro de nuestra sociedad y del cual probablemente no tengan conciencia. Son seguidos por grandes masas, tienen una popularidad que incluso cualquier político quisiera tener. Bastante ya es lo que nos entregan a través de sus declaraciones en donde parecieran que fueran más hinchas que profesionales. Otros podrán argumentar que las declaraciones de Herrera o de Vecchio son propias del fútbol. El problema está cuando los que consumen los medios tienen una interpretación distinta a que este tipo de acciones sólo son parte del show previo a un clásico. Lo único que pareciera es que el ataque al compañero de profesión sólo por estar en el archirrival resulta ser cada día más común. Es ese mismo ataque el que transmiten a la sociedad. Con esto, sólo pretendo hacer referencia a que, aunque los jugadores probablemente ni lo reflexionen, estas fotos no suman a nada positivo para el fútbol.
El único mensaje que siguen transmitiendo es el del conflicto, problemas, el del odio entre los archirrivales. Sí, porque lo único que fomentan con esos actos es que cuando se encuentre un seguidor de la U con uno de Colo-Colo probablemente se acuerde de este acto y quiera tomar venganza por aquello. Que los jugadores disfruten, se saquen fotos, pero en la intimidad del camarín. En el momento que son publicadas a través de las redes sociales, trasgreden e irrumpen a través de este acto y hacen parte a un montón de gente sin siquiera darse cuenta.
Pero en general, lo único que siguen fomentando, es que la gente se preocupe de lo que pasa fuera más que en la cancha y que eso traiga como consecuencia una imagen paupérrima de un estadio con muchos espacios vacíos en el que debiese ser el partido más importante de nuestro fútbol.