Como dicen los futbolistas “ya dimos vuelta la página, y ahora estamos enfocados en el próximo partido”. Esta nueva página, tiene como protagonistas a chilenos y uruguayos, en un capitulo que en el país oriental titulan “la revancha” y que “calientan” a nivel masivo con campañas como #yo15yvos, con la que aluden a la cantidad de copas américa ganadas por la celeste versus las chilenas. Quien ha estado en Uruguay o ha compartido con sus habitantes, sabe que la nación del atlántico es un pueblo bondadoso e inteligente, representado muy bien en su ex presidente José Mujica. De la misma manera en que son conocidos por la calidad de su gente, son conocidos mundialmente por la brusquedad de su selección, que muchas veces limita con la vehemencia. Su máxima estrella, el delantero Luis Suárez, es una muestra clara de hasta dónde puede radicalizar la pasión que siente por el fútbol el hincha o futbolista uruguayo. Pero no hablemos más de historia porque empiezan a salir argumentos inconducentes, tales como que Uruguay obtuvo muchas copas ilegítimamente o que Chile ha sido un país pobre futbolísticamente, la mayoría del tiempo.
La página que nos convoca tiene su prólogo en los recordados cuartos de final de la Copa América celebrada en nuestro país, cuando la roja en un difícil partido le ganó 1-0 al cuadro celeste. En esa ocasión, Gonzalo Jara con su dedo apretaba el botón que tiraba la primera bomba de un conflicto que se mantiene hasta el día de hoy y que debería acabar (si somos sensatos) el martes por la noche. Luego de ese atribulado partido, que terminaría con Edinson Cavani y Jorge Fucile expulsados, se escucharon todo tipos de descaradas opiniones por parte de Diego Godín, Óscar Tabárez y ex seleccionados uruguayos, expresando sin ninguna memoria deportiva, que el “dedo de Jara” era casi los más terrible que les había tocado vivir. En coherencia con su selección, varios analistas e hinchas uruguayos también calificaron -en una actitud de altísimo doble estándar- de inmoral o escandaloso, una clase de acción que cuando ha sido ejecutada por propios le han quitado relevancia. Óscar Tabárez señalaba lo siguiente después de que Luis Suárez mordía a Giorgo Chiellini “Este es un mundial de fútbol y no de moralidad barata”. La conclusión de moralidad barata que manifestó el dt uruguayo es precisamente la razón por la que se debería liberar de enemistad una supuesta revancha que en su primer partido, tendría a Chile como triunfador, jugando mejor y haciendo el único gol.
Pero esto es fútbol y parte de su naturaleza es ponerle picante y además crear un ambiente de rivalidad. Lamentablemente, a veces tanta sazón le hace perder el criterio a su entorno. Una pieza clave de este entorno o más bien núcleo del partido “revancha”, es el árbitro colombiano Wilmar Roldán, quien ya dirigió a Chile este año en la final de la Copa América. El partido en el Estadio Centenario, sabemos todos, será un encuentro áspero y de mucho roce. Con la celeste provocando en toda instancia -apoyados en su localía- a los integrantes del plantel chileno para conseguir ventajas. El futuro es claro, por eso, más que preocuparnos de la historia, el clima en cancha o la actitud de la Selección de Uruguay, en mi opinión, la llave del partido estará en el árbitro. Los ánimos están muy polarizados, entonces será fundamental, un Roldán frio de cabeza para que podamos ver un partido justo.