“Todos (los dirigentes) sabían” CIPER Chile.
En el mini gobierno de la ANFP existe el mismo problema estructural que ha tenido a los tres poderes (ejecutivo, judicial y legislativo) de la República, y por ende, al país entero tambaleando por décadas. A nivel nacional el PROBLEMA se llama Constitución; a nivel deportivo (fútbol) se llama estatutos, códigos y reglamentos de la ANFP. Mientras para el primer PROBLEMA existe la voluntad y se trabaja en forma inclusiva para resolverlo, el segundo PROBLEMA está congelado y sin mucho ánimo de resolución. Contra todo lo que se pensó cuando llegaba la directiva encabezada por Arturo Salah.
Por ahora no se ha sentido el liderazgo del nuevo presidente, Salah no ha venido a impulsar reformas, únicamente ha estado administrando la embarrada: al velar por el cumplimiento de los Estatutos, Reglamentos y Bases de las diversas competencias a cargo de la Institución. Y al ejecutar los acuerdos y resoluciones que adopte el Consejo. Tal como exige la norma de la directiva. Funciones que estarían bien aplicadas si es que existiera probidad en las “leyes”. El Consejo de Presidentes es la entidad máxima de la ANFP y es integrado por los presidentes de los equipos de Primera División, Primera B y Segunda División, cada uno con un poder acorde a su jerarquía. El traje está hecho a la medida de los peces gordos del Consejo. A los peces chicos también les llega su tajada. Entonces ¿por qué van a cambiar las cosas? Si esta gente es la misma del periodo anterior ¿Qué podemos esperar? Si son las mismas personas que eligieron a Sergio Jadue (dos veces) y hace poco a Salah.
Desvió y malversación de fondos, prácticas monopólicas, colusión, cartel. Son estos los conceptos que rondan por Quilín. Deportes Valdivia, Deportes Concepción, Servicio de Impuestos Internos, y finalmente todos los chilenos nos vemos afectados por las fechorías de varios dirigentes del fútbol nacional que en poco se diferencian con parlamentarios involucrados en delitos tributarios u otros, quienes amparándose en un sistema político defectuoso y conveniente para la elite se han hecho millonarios y han descuidado las labores para las que fueron votados. Estamos acostumbrados a fijarnos en lo “que se hizo”. Nos olvidamos de todo por una victoria. En vez de fijarnos en el proceso, en el “cómo se hizo”. La era Jadue-Sampaoli grafica muy bien el fenómeno de enceguecerse con el éxito sin detenerse a analizar el desarrollo. Durante ese periodo los dirigentes robaron a manos llenas, los estatutos fueron modificados en un rincón oscuro (ahora lo sufre D. Valdivia), los contratos del cuerpo técnico se reformulaban a cada rato con sumas cada vez más disparatadas, las platas por conceptos de premios se fijaban sin obedecer los precios de mercado, etc, etc, etc. Pero, Chile fue campeón y a Jadue se lo subió en andas. Y ya no importaba que Sampaoli desestimara el choque automovilístico de Arturo Vidal o que siguiera solicitando más dinero, siendo que llegó a ser el DT mejor pagado de Sudamérica.
Los cómplices de Jadue, aún sentados en las mesas de la ANFP definiendo el futuro de la entidad, tiraron al calerano (de viaje por Miami) al pelotón de fusilamiento, lo colocaron como el único chivo expiatorio y luego se lavaron las manos. Utilizaron a Jadue para más tarde individualizar todas las infracciones e irregularidades en él. Lo positivo es que la investigación (judicial y periodística) sigue intentando llegar al fondo de tanta basura. Lo positivo es que estas malas prácticas naturalizadas dentro de nuestra sociedad, que antes permanecían tapadas, hoy en día salen a la luz pública y son reprobadas por unanimidad.