Pese a estar gran parte del encuentro con ventaja numérica, los pupilos de Julio César Falcioni debieron batallar hasta el último momento para entregarle el segundo punto a los equipos americanos.
La idea parece buena y encendió el entusiasmo de muchos hinchas de Universidad Católica, pues aproximadamente siete mil de ellos llegaron hasta San Carlos de Apoquindo para presenciar el amistoso de su equipo contra Valencia, en el marco de la Copa Euroamericana, que enfrenta a clubes de ambos continentes (en una suerte de Copa Ryder, haciendo el símil con el golf).
Además, el encuentro fue transmitido por televisión por cable, incluyendo señales básicas. Escenario perfecto para que ambos hicieran un esfuerzo de lucimiento que fuera más allá del carácter casi fraternal de este certamen, que disputa ahora su segunda edición. El nivel del juego, sin embargo, fue definitivamente pobre.
Las explicaciones pueden estar a la mano. Por los visitantes, que están en pleno proceso de pretemporada y debieron cruzar el Atlántico para llegar hasta acá. Y la curva de rendimiento debe sorprenderlos en alza en la tercera semana de agosto, cuando comienza la liga española.
Para el club de Las Condes este razonamiento no encaja. La UC ya comenzó a jugar el Torneo de Apertura, una competencia corta, de sólo 17 fechas, y en la que ya sufrió una derrota. No está rindiendo al nivel que necesita para alcanzar el objetivo confesado una y otra vez. Si los cruzados quieren ser campeones, jugando así difícilmente lo lograron. En especial en ocasiones como la de ayer, en que podía mostrar algún grado de eficiencia, no de audacia, superior al finalmente exhibido.
Tampoco se descubrirá ahora cuál ha sido la constantes de Julio César Falcioni como entrenador. El recoge a su equipo y lo lanza al contragolpe aprovechando la velocidad de sus tres delanteros. Esa apuesta le aportó muy poco. Nada en el primer tiempo, cuando la estructuró de modo más evidente. Incluso los valencianos tuvieron las mejores ocasiones en un partido donde la emoción fue escasa.
En la segunda etapa, con los levantinos ya con diez jugadores (por expulsión de Barragán, a los 39’), algo se adelantó la UC, pero sin tener muchos argumentos frente a un antagonista que cedió el protagonismo, aunque igualmente se las arregló para tener un par de posibilidades.
A los 89’, sin embargo, llegó, el anfitrión encontró una buena jugada de Alvaro Ramos. El iquiqueño metió un centro que voleó José Luis Muñoz con la ubicación justa para batir a Domenech. Con tan poco, sin embargo, la UC no se puede conformar.