Alemania se coronó campeón del mundo en Brasil 2014 tras derrotar a Argentina por 1 a 0 en el alargue. Un justo premio para una selección que independiente de las figuras individuales basó sus fundamentos futbolísticos en el trabajo en equipo.
El triunfo de Alemania ante Argentina por 1 a 0 con gol de Mario Götze en el segundo tiempo del alargue vino a ratificar al equipo que mejor jugó en el mundial. Los germanos demostraron durante toda la cita planetaria que la base de sus fundamentos futbolísticos fue armar un buen plantel. Joachim Löw desde que comenzó su etapa en la selección alemana, primero como ayudante de Jürgen Klinsmann y luego como entrenador principal, encabezó una renovación del fútbol alemán con un énfasis en el juego ofensivo y el buen toque de balón. Todo esto como objetivo de posicionar a Alemania en lo más alto del fútbol.
Un camino que comenzó en el mundial de Alemania 2006 en donde los anfitriones cayeron en semifinales por 2 a 0 ante Italia, a la postre el campeón, y tuvieron que conformarse con el tercer lugar luego de derrotar 3 a 1 a Portugal. La Eurocopa del 2008 en Austria y Suiza, ya sin Klinsmann, los teutones tuvieron un gran torneo logrando llegar a la final. Sin embargo, nuevamente no pudieron celebrar ya que fueron derrotados por los españoles 1 a 0. Situación que se repetiría en Sudáfrica 2010 por idéntico marcador, aunque en semifinales del torneo. En dicho torneo volvieron a salir terceros tras vencer a Uruguay. En la Eurocopa del 2012 de Polonia y Ucrania los germanos nuevamente se quedaron con las manos vacías luego de caer 2 a 1 en semifinales ante Italia quedándose nuevamente con un tercer puesto.
Al llegar a Brasil 2014 el cuadro de Löw traía el cartel de favorito pero mantenía también el estigma de ser un equipo que no traducía en títulos su buen juego. Y el mundial comenzó de la mejor manera con una aplastante victoria ante Portugal por 4 a 0. Luego vinieron dos complicados partidos ante Ghana y EE.UU. 2 a 2 y 1 a 0 respectivamente que le valieron quedarse con el primer lugar del grupo G. En octavos de final nuevamente un equipo africano supo complicarlos y sólo en el alargue los germanos sortearon a Argelia por 2 a 1. En cuartos Francia asomaba en el horizonte y con un gol de cabeza de Mats Hummels los teutones se instalaron en semifinales.
En semifinales vio una clase magistral de fútbol de parte de los alemanes quienes derrotaron sin apelaciones al local Brasil. Un humillante y aplastante 7 a 1 con goles de Tomás Müller, Miroslav Klose, Toni Kross (2), Sami Khedira y André Schürrle (2) donde los teutones sacaron chapa de candidato. Una presentación maciza que ratificó lo iniciado por la dupla Klinsmann y Löw en 2006 y que los tenía ad portas de la consagración máxima, una que se les había escapado de las manos durante 8 años. Pero si algo no traicionó este equipo fue su identidad de juego a pesar de esos resultados adversos y sin la llegada de títulos. El equipo de Joachim Löw encaró los partidos siempre de la misma forma: con vocación ofensiva, asumiendo el protagonismo, fútbol de toque, rotación y paciencia, buscando siempre mediante juego asociado. Una forma de practicar fútbol que finalmente tuvo su premio y que llevó a la selección de Alemania a conquistar su cuarto título mundial en Brasil 2014.
El gol de Götze será recordado por mucho tiempo por el pueblo alemán, un gol que los llevó a obtener el tetracampeonato mundial pero por sobre todo vino a consagrar un estilo reconocible de juego. Un proyecto que comenzó el año 2006 y que para cualquier amante del buen fútbol es un placer verlo. Alemania un justo y merecido campeón del mundo.