Los universitarios tuvieron un inicio dubitativo, lo que le permitió a los rancagüinos ponerse en ventaja, para terminar imponiendo sus términos y humillar a los celestes que venian con una buena imagen de juego en la fecha 1 del clausura, con este resultado el equipo de Beccacece ratifico que seran un equipo de temer en este torneo.
No había sido bueno el debut de la Universidad de Chile de Sebastián Beccacece en el Torneo Clausura. Primero por el magro empate conseguido en el debut en calidad de visita ante Antofagasta, pero fundamentalmente porque los universitarios no mostraron un buen fútbol en su primer partido del semestre.
Antecedentes que hacían más complicado el encuentro de este domingo ante O’Higgins, elenco que llegaba al Estadio Nacional precedido de una goleada en el debut.
Pero la “U” ratificó todos sus pergaminos, confirmó que la llegada de Gonzalo Jara le entrega la ansiada solidez defensiva, y que de la mitad para adelante, merced a la presión alta y el asfixiante pressing que impone el DT, serán un equipo de temer y lo demostraron ante los rancagüinos al golearlos 8-1.
Partido redondo para los laicos… aunque no sencillo en el inicio. Sí, porque pese a lo abultado del marcador, los universitarios tuvieron que remar desde atrás para conseguir el primer triunfo de la “era Beccacece”.
Esto porque cuando los hinchas azules aún no se acomodaban, Gastón Lezcano se despachó un potente disparo desde 40 metros para abrir la cuenta y sembrar las dudas en el Nacional cuando apenas se habían disputado seis minutos. Los fantasmas del debut parecían instalarse en la parcialidad laica.
Fueron los mejores momentos de los celestes, quienes le arrebataban la pelota a la “U”. Pero los dirigidos por el otrora escudero de Jorge Sampaoli comenzaron a despertar. Apareció el pressing y la presión alta, la explotación de la bandas y con ello las ocasiones.
Argumentos que tuvieron su premio a los 21’, cuando tras un tiro de esquina apareció Mathías Corujo para poner la igualdad y, de paso, desatar el vendaval azul.
Sí, porque con la igualdad los azules incrementaron su dominio, y aunque O’Higgins no renunció al ataque e intentó emparejar el trámite y el marcador, los dueños de casa lograron ponerse en ventaja a los 39’ cuando Sebastián Ubilla, en posición de adelanto, puso el segundo.
En el complemento, y con un elenco rancagüino intentando llegar a la paridad dejando grandes forados en el fondo, los azules ratificaron su contundencia merced a un inspirado Gustavo Lorenzetti. El “Enano” puso el tercero a los 47’ y el cuarto a los 53’, entregándole la tranquilidad a su equipo.
De ahí en más O’Higgins intentó cambiar su suerte, pero la impericia de sus delanteros lo impidieron. De hecho fueron los azules quienes terminaron de concretar la goleada. A los 79’ apareció Rubio (en una jugada viciada por mano previa de Ubilla), a los 81’ Gustavo Canales con un golazo lleno de clase aumentó los guarismos, el juvenil Yerko Leiva a las 88’ y otra vez Lorenzetti en el primer minuto de descuento decretó la goleada.
Pitazo final y felicidad en las huestes universitarias fue total. No sólo por el triunfo, sino porque de a poco la idea de Sebastián Beccacece comienza a tomar forma. Una goleada así no hace más que incrementar la confianza.